lundi 11 octobre 2010

Marc Chagall – El tiempo no tiene bordes



En este cuadro podemos ver una cuidad en el fondo de la tela. Esta cuidad es azul. Podemos imaginar que también hay un río azul que cruza esta cuidad. Percibimos una pareja, el hombre es vestido de azul oscuro, y la mujer de azul claro. Esto muestra la complementariedad de una pareja con el amor que junta dos personalidades diferentes.
También un reloj se impone en el medio del cuadro. Este reloj marca no solo el tiempo sino también los latidos de corazón de los enamorados.
El color azul deja el cuadro en una atmósfera de meditación, de tranquilidad. El matiz azul claro puede evocar lo maravilloso, la sinceridad y lo femenino, como la mujer.
Arriba vemos un pez azul, con algunas escamas mas bien blancas y ligeramente amarillas.
El amarillo simboliza la capacidad de renovación, como las escamas, pero simboliza también el poder, como el pez que domina la cuidad. Se añade al pez un ala majestuosa principalmente azul, con algunas plumas amarillas y rojas. El rojo supone el triunfo, es decir el control de la cuidad.
Por fin, se disocia del cuadro animal una mano humana que toca el violín. La música apacigua, y eso es la clave de un mundo tranquilo.

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